Huellas de sal en la piedra
En las bocas de la montaña  oigo el grito de la tierra.  Lo siento en mis huesos  al mirar el filo de sus labios.   Los restos de roca que  se llevo el viento, aún existen.  No se borra tan fácilmente  la experiencia del tiempo.   Al vernos construir muros,  trazar venas de asfalto  borrando caminos y senderos,  destruir vidas hermanas.   Cerró los ojos el cerro y  hecho a llorar en cascada,  hasta secarse por dentro y fuera,  dejando huellas de sal en la piedra.